Es ilógico que la condena de un ser humano regido por sus caprichos decida si la violación es mala o no. Es claro que en la violación misma hay una violación de los derechos humanos, y una violación de su valor y libertad, y esto es lo que indica que la violación es mala, así como la homosexualidad, que es una transgresión a las normas naturales, y las relaciones extramatrimoniales. Sólo lo correcto es válido aunque todo el mundo converja en su invalidez, y el error es claro como la claridad del sol, aunque todos los seres humanos reconozcan su validez.
Lo mismo sucede con respecto a la historia, si aceptamos que cada época debe escribir la historia desde su punto de vista porque la apreciación de cada época de lo que es importante y significativo para ella difiere de la apreciación de la otra época, esto no relativiza la historia, porque esto no niega que los eventos tengan una realidad, nos guste o no, pues la historia desde la perspectiva de los seres humanos está sujeta a la distorsión y la inexactitud de los acontecimientos que se basan en caprichos y jamás será como la historia del Señor de los Mundos para ellos, que es extremadamente precisa en el pasado, presente y futuro.