El mal no viene de Al-láh, el mal no es una cuestión existencial, la existencia es puro bien.
Si una persona, por ejemplo, se levanta y golpea a otra persona hasta que pierde la capacidad de moverse, entonces ha adquirido la característica de la injusticia, y la injusticia es mala.
Pero la presencia de poder en quien toma un palo y golpea a otra persona con él no es malo.
Y tener la voluntad que Al-láh le dio no es malo.
¿Pero tener su habilidad para mover la mano no es malo?
¿Y la presencia de la característica de golpear en el palo no es mala?
Todas estas materias existenciales son buenas en sí mismas, y no adquieren la cualidad de malas si no conducen al daño por mal uso de ellas, que es la enfermedad de la parálisis, como en el ejemplo anterior; siguiendo esta línea de ideas, la existencia de un escorpión o una serpiente no es un mal en sí mismo a menos que una persona esté expuesta a ellos y los pique. Al-láh Todopoderoso no le atribuye el mal en Sus acciones que son puramente buenas, sino en los hechos que Al-láh permitió que ocurrieran por Su decreto y predestinación para cierta sabiduría y en consecuencia muchos beneficios -con Su capacidad para impedir que sucedieran- que resultó del mal uso de este bien por parte de los humanos.